lunes, 16 de marzo de 2015

Ante las amenazas del imperialismo, es urgente prepararnos para el combate

El sabotaje, la penetración paramilitar y el bloqueo económico están a la vuelta de la esquina




Producto de la crisis general del capitalismo, las múltiples expresiones de la lucha de clases se van agudizando, se llega incluso a confrontaciones violentas, con las características guerras y revoluciones, en las cuales los defensores de una u otra clase hacemos uso de la fuerza, los burgueses para imponer la dominación explotadora y el proletariado para defender el proyecto emancipador ante la arremetida de quienes se consideran con el derecho a imponer por siempre sus designios a las clases oprimidas o a otros países.

En estos choques cada potencia imperialista, con sus monopolios a la cabeza, acelera el paso para consolidarse como dominante en sus áreas de influencia, para ganar el privilegio de someter a los pueblos y adueñarse de las riquezas, mientras que en los países dependientes la clase obrera, los campesinos y pueblos generamos mecanismos para posicionar nuestro proyecto; que tiene como centro la lucha contra el capitalismo, contra el que oponemos el proyecto del proletariado, el cual emancipará no sólo a la clase obrera, sino también, a todos los oprimidos del mundo por medio de la acción revolucionaria.

Es claro que las fuerzas democráticas y de izquierda hemos recuperado terreno en las últimas décadas, pasando de posiciones defensivas en los años 90, a una ofensiva progresiva que se hace más visible a medida que la crisis impacta a las mayorías en los mismos países imperialistas, lo que va demostrando que los efectos nocivos de las políticas imperialistas no se viven sólo en los países dependientes, “atrasados” o “sub desarrollados”, como les gusta llamarnos, sino también en los países imperialistas, lo que evidencia el papel nefasto del imperialismo, como expresión del modo de producción capitalista, sea donde sea que éste domine e imponga sus políticas.

Ante el debilitamiento del liderazgo de Obama, que pierde terreno frente a los republicanos en las últimas elecciones en los EEUU, el expediente de buscar enemigos y hacer la guerra como forma de elevar la popularidad se impone de nuevo, por lo que ahora, después de haber llevado la destrucción a Afganistán, Irak, Libia, Siria, Ucrania, amenazar a Rusia, ahora le toca a Venezuela. 

Al analizar cualquier medida de los gobiernos imperialistas es importante valorar la motivación económica. En este caso estamos seguros que los precios del petróleo juegan un papel muy importante en esta decisión, ya que la caída no ha sido algo plenamente controlada por las transnacionales y más bien ha sido el producto de una crisis del petróleo generada por la introducción de una nueva tecnología (fracking), que en los EEUU ha significado una baja de costos al no comprar petróleo a 100 $ el barril y más bien producirlo entre 50 y 70$, pero con la consecuencia de una superproducción relativa que ha llevado a la quiebra a empresas pequeñas que entraron en el juego macabro de competir con los grandes monopolios que manejan la producción y manipulan el mercado mundial, haciendo cuentas de una producción elevada, a altos precios sin tomar en cuenta la saturación del mercado interno y la consecuente baja de precios.

Ya ha pasado algún tiempo de bajos precios del crudo, ahora las grandes transnacionales necesitan que se inicie una recuperación y la mejor forma es un conflicto, ya que generaría a Obama y sus socios varias ventajas al mismo tiempo: 1-Obtiene poderes especiales 2-se muestra como un hombre firme y eleva su popularidad, 3-crea condiciones para la subida de los precios del petróleo, al crear una alarma en relación a uno de sus suplidores más seguros, 4-mantiene las buenas relaciones con los grupos que controlan el aparato industrial-militar que justifica nuevas inversiones para la guerra 5-justifica la salida de tropas de medio oriente 6-genera pasos para confrontar a China y Rusia 7-amenaza los proyectos populares y les indica un límite.

Ante esta grave amenaza que surge del más alto nivel del gobierno de los EEUU, y que no podemos tomar a la ligera, los revolucionarios debemos prepararnos para ir a la lucha en las peores condiciones, aunque una invasión directa del ejército de los EEUU no sea algo muy realista en lo inmediato, el sabotaje, la penetración paramilitar y el bloqueo económico están a la vuelta de la esquina por lo que debemos preparar las condiciones para combatir en difíciles y complejas situaciones.

Es necesario tener claro y difundir al más amplio nivel posible que sólo la clase obrera, el campesinado pobre y la izquierda revolucionaria permaneceremos firmes ante cualquier situación y en cualquier escenario. La pequeña burguesía y el reformismo tendrán una actitud vacilante, y la burguesía será sumisa ante sus amos imperialistas.

Este análisis determina que ante cualquier escenario de lucha que se haga realidad la única forma de garantizar una verdadera resistencia y el triunfo es con la movilización de las capas explotadas de la sociedad, lideradas por la clase obrera y el campesinado que se aglutinan en el frente único bajo la dirección marxista leninista, instrumento de lucha que preserva su carácter secreto para combatir en el terreno político, económico o militar, aplicando la estrategia proletaria y las tácticas que acuerda una dirección centralizada para lograr la combinación de las distintas formas de lucha como mecanismo probado históricamente para derrotar a los burgueses externos e internos, arrebatándoles su poder económico para poner las empresas en manos de la clase obrera y las fincas en manos del proletariado rural bajo un plan nacional centralizado que habrá de garantizar la soberanía alimentaria e industrial.

Sólo la dirección revolucionaria proletaria será garantía de avance popular, de defensa de las conquistas y de posibilidades ciertas de triunfo. No podemos repetir los errores de la experiencia chilena, es hora del iniciar la preparación para el combate directo contra el imperialismo y sus representantes internos. Es necesario abordar este momento con la mayor seriedad, nos jugamos todo en esta encrucijada, por eso la salida es construir el socialismo: desarmar y expropiar a la burguesía mientras se afirma el control obrero y armamento del pueblo para defendernos de la agresión imperialista.

¡EL SOCIALISMO SÓLO SE CONSTRUYE CON LA ALIANZA OBRERO CAMPESINO EN EL PODER Y EL PUEBLO EN ARMAS!

¡A PREPARAR LA DEFENSA ANTIIMPERIALISTA Y POPULAR!

CC del PCMLV. 
Marzo de 2015

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